La comida no se tira
Últimamente se habla mucho de la cantidad de alimentos que se desperdician al año. Exactamente las cifras son de 179Kg por habitante y año (media), lo que supone entre un tercio y la mitad de la totalidad de los alimentos que se producen.
Son datos abrumadores; y más si tenemos en cuenta lo mal repartidos que están esos 179kg por habitante y año; lógicamente en los países desarrollados la cantidad es bastante mayor que en países subdesarrollados. O sin irnos tan lejos, dentro de nuestro propio país, el Banco de alimentos atendió en 2012 a un millón y medio de personas. Da que pensar.
Igual porque me educaron bajo la conciencia de “La comida no se tira. Hay gente muriéndose de hambre. No sabes la suerte que tienes.” y crecí viendo cómo mi madre subía a más de un mendigo a casa y le preparaba algo de comer, jamás tiro un alimento a la basura. (Mi ética y mi conciencia son así…)
Os dejo algunos consejos que seguramente muchos ya practiquéis, otros no, y otros digáis “Anda! Pues es verdad!” a ver si os resultan útiles:
- Planifica las compras: Organiza menús semanales para prever lo que vas a necesitar comprar. Intenta, dentro de la medida de tus posibilidades, comprar los productos frescos lo más cerca posible a la fecha en que los vas a consumir; si por horario o comodidad realizas una compra grande cada bastante tiempo congela los alimentos que puedan estropearse y sácalos el día antes de su preparación.
- Intenta calcular la cantidad exacta de alimentos que consumirás: aunque la oferta sea “Llevando 10 kilos de mandarinas sólo pagas 5” si sólo vas a consumir 4 kilos, no compres tantas; acabarás tirando kilos y kilos de mandarinas.
- Si has pecado del error anterior no te preocupes, ¿dónde ha quedado esa costumbre de ir a ver al vecino y decirle: “Hola! Tengo muchísimas mandarinas y no doy abasto con ellas, os traigo 4kilos que seguro que a tus hijos les gustan mucho”? Él estará encantado y tú evitarás desperdiciar alimentos. ¡Ojo!, no estoy diciendo que hagas compra para dos familias; pero si tienes alimentos que no vas a consumir y se van a poner malos, piensa que alguien puede consumirlos. (En este consejo se puede sustituir vecino por el mendigo de la esquina o quien tú quieras.) O puedes hacer purés y batidos de frutas con los productos que vayan a ponerse malos y después congelarlos…
- Ordena los armarios: Si compras una lata de guisantes y ya tenías una en casa, pon en primer lugar la que ya tenías, para evitar almacenar al fondo productos de hace más de 1000 años… (una vez encontramos en casa de mi abuela botellas de aceite caducadas desde hacía 10 años… por supuesto, estaban al fondo del armario, con las últimas adquisiciones impidiendo su visión y alcance)
- No te engañes: Sí, a todos nos gustaría consumir más verduras, mas frutas, más pescado… pero si no te gustan las coles de bruselas, ¡no las compres! Aunque intentes autoengañarte diciendo “Es que son tan sanas…”, “Me las ha recomendado el médico…” ¡sé realista! Jamás las vas a preparar y acabarás tirándolas a la basura.
Aprovecha las sobras: como ya hemos dicho en post anteriores, las sobras de comida pueden dar lugar a nuevas recetas que supongan un plato en sí mismo. Hay infinitud de recetas que puedes elaborar con sobras de otros platos: croquetas, empanadas, sándwiches, pizzas… (¿quién no “enriquece” una pizza? ¿porqué no pruebas a ponerle las sobras del conejo asado del día anterior?) o hasta una ensaladilla añadiéndole restos de la merluza que sobró de ayer. Utiliza tu imaginación y no tengas miedo a innovar en la cocina.
Otros consejos útiles que sugieren desde Gominolas de Petróleo son:
- Comprueba la fecha de caducidad
- Ten en cuenta tu presupuesto: tirar comida equivale a tirar dinero
- Almacena los alimentos siguiendo las instrucciones que figuran en el envase
- Sirve cantidades pequeñas de comida
- Convierte los residuos en abono para el jardín
¿Y tú qué haces para evitar tirar alimentos? ¡Seguro que tu aportación nos ayuda a todos!
Los datos relativos a las cantidades de alimentos que se desperdician al año han sido tomados de Gominolas de Petróleo, cuyo post ha servido de inspiración para la redacción de éste.